A veces nos encontramos con que, por algún despiste, a algún alimento le ha salido moho. Habrá quién tenga el impulso de eliminar el trozo afectado y aprovechar el resto, pero esto es una idea perjudicial para la salud.
Aunque el trozo afectado fuese minúsculo, y se sanease mucho, los hongos pueden penetrar fácilmente en el interior de la pieza sin que lo podamos apreciar. Los mohos producen toxinas nocivas para la salud, además de provocar también la aparición de bacterias. Tampoco hemos de olerlos, pues se nos pueden introducir en las vías respiratorias.
Cuando encontremos fruta o verdura en ese estado, la tiraremos inmediatamente intentando no tocar la parte enmohecida y, limpiaremos bien la zona donde la teníamos guardada, ya que el moho se propaga rápidamente.
Como en todo, hay excepciones: algunos quesos, nuestro riquísimo jamón curado... siempre, por supuesto, que los saneemos bien.
También hemos de evitar la aparición del moho en otras partes de nuestra cocina, como los trapos que usamos normalmente para limpiar o, en la nevera. Los trapos hemos de echarlos inmediatamente a lavar tras su uso y no doblarlo y dejarlo para otra vez. ¡NO, mal!!! Lo mismo para el paño que usamos para limpiar la vitrocerámica. La humedad hará que proliferen los mohos "como las setas" y lógicamente al tocarlos, ya nos habremos contaminado las manos, así como las partes que limpiemos con ellos.
Mención especial requiere nuestro frigorífico. Por la humedad y la temperatura, habrá zonas propensas a su aparición, por lo que requerirá una limpieza a menudo. Podéis limpiarlo cada mes con agua en la que se le habrá disuelto una cucharada de bicarbonato y, cuando aparece ese moho negro en las gomas, limpiarlo con agua en la que disolveremos un par de cucharaditas de lejía. Después de su limpieza, no se nos olvide secarlo bien.
No es por alarmar, pero a veces no le damos importancia a las "pequeñas cosas", y se nos pueden hacer muy grandes. Esos pequeños gestos nos pueden ser muy saludables porque ya sabemos que en la cocina hay que extremar mucho la higiene.
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