Sabemos que una normativa comunitaria exige que los productos comercializados dentro de su territorio, lleven una etiqueta explicativa (clara y concisa) que nos aporte ciertos datos al consumidor. Datos como sus ingredientes, peso, número de registro de sanidad, su fecha de envasado, lote, su caducidad... Incluso algunos también nos indican sus valores nutricionales.
Sé que la mayoría de las veces vamos con demasiada prisa como para pararnos a leerlas, pero, por nuestra seguridad, deberíamos acostumbrarnos a hacerlo.
Comentarios
Publicar un comentario