Su limpieza para preparaciones culinarias es muy sencilla. Lo más importante es sacar las partes vedes de la alcachofa, procurando dejar siempre el corazón intacto, ya que es el mejor bocado. Y sólo requiere de unos sencillos pasos:
- Cortar la alcachofa de la mitad para arriba, desechando toda la parte superior de la misma.
- Cortar todas las partes de color más verde oscuro y amargas de la alcachofa, tanto las hojas como alrededor de todo el corazón.
- Frotar todo el exterior de ella con un limón partido, para evitar que ennegrezca.
- Con la ayuda de una cucharilla vaciadora, quitar toda la pelusilla interior si se considera necesario.
Una vez limpiados los fondos y si no se van a utilizar en el momento, la manera correcta de proceder es conservarlos en una preparación específica que, en términos culinarios se conoce como "blanco".
Para hacer un caldo "blanco" calcular 1 cucharada sopera de harina diluida en 1 litro de agua. Añadir el zumo de 1 limón exprimido y dejar el limón dentro.
Este blanco es ideal para hervir los fondos de alcachofa y para conservarlas una vez limpias, evitando así que se oxiden.
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