SU IMPORTANCIA
Frecuentemente nos preocupamos por saber cómo es un vino por su color, su olor, su sabor e, incluso, por lo que otros nos dicen, pero hay otros datos que nos son muy interesantes como consumidores, y esta información la encontramos en las etiquetas y contraetiquetas de todas las botellas de vino, alguna de ellas obligatorias y otras optativas según cada bodega.
Analizando uno por uno todos sus detalles, podemos encontrar referencias sobre el bodeguero que lo ha producido (garantía de origen o registro del embotellado), el logotipo de garantía de la Denominación de Origen (tarjeta de presentación del vino), la cosecha (que es el año de la vendimia, no el tiempo real de envejecimiento de vino), graduación alcohólica y contenido de la botella.
LA ETIQUETA
Es la principal carta de presentación de un vino. Lo que más destaca es el nombre y el logo de la bodega productora de ese vino. Importantes condicionantes a la hora de elegir una botella u otra, ya que conocer la marca, nos dará una cierta garantía de calidad.
Además, en la etiqueta estará la clasificación del vino (información obligatoria y que nos indicará el amparo bajo el cual se rige el vino: Denominación de Origen, Vino de la Tierra...).
A veces en la etiqueta y otras en la contraetiqueta, aparecerá la añada (año de recogida de la uva a partir de la cual se ha elaborado el vino. Este dato es muy importante, ya que la calidad de la uva varía de una temporada a otra. También la añada nos permitirá conocer la edad del vino que se diferencia uno de otros por el tiempo que ha pasado en barrica y embotellado. Así nos encontraremos con vinos joven, crianza, reserva y gran reserva, fundamentalmente.
LA CONTRAETIQUETA
Aparece en la parte posterior de la botella. Probablemente, la información más relevante que encontramos sea el tipo de uva. Esto nos indica la variedad o variedades de uva que se han empleado para su elaboración. También aparecerá el porcentaje de volumen de alcohol, que nos mostrará el grado de alcohol en relación al volumen de la botella. Normalmente, los vinos suelen tener una graduación entre el 11% y el 13%, aunque hay algunos más suaves con un 6% y otros más fuertes, llegando incluso al 20%.
Es obligatorio también que aparezca el número de la botella. Respecto a la clasificación del vino, los consejos reguladores emiten un cierto número de botellas para cada bodega en función del número de hectáreas que posea cada bodega.
Por último, hay otro tipo de informaciones que también se incluyen en esta parte de la etiqueta, como, por ejemplo, las notas de cata que ha obtenido el vino que vamos a degustar, y las propuestas de maridaje, para asesorar al consumidor sobre cómo armonizar el sabor de los platos en función del vino que van a disfrutar.
Hay que aclarar que no todas las etiquetas tienen la misma información, así como que no todas llevan, por motivos administrativos o por elección, el indicativo de Denominación de Origen.
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