LENGUADOS

 


        Considerado un pescado semigraso, el lenguado se puede consumir de maneras muy diferentes: rebozado, a la plancha, guisado... Existen unos trucos para aprender a escogerlo bien, por ello presta atención a:

  • El aspecto que tiene. Éste debe ser de piel brillante, resbaladiza y las agallas rojas. 
  • Su olor todavía debe recordar al mar. Cualquier otro olor puede ser síntoma de que el lenguado se encuentra en mal estado.
  • Es preferible consumirlo el mismo día de la compra. Si no es así, introducirlo en el frigorífico envuelto en aluminio o papel de plástico, pero eso sí, sólo debe estar envuelto de este modo un día.
  • Si quieres congelarlo, primero límpialo quitándole la cabeza y la piel y después envolverlo  en plástico, cada lenguado por separado y en un recipiente hermético. Así se evitará que se reseque al contacto con el frío.
     Y ya sabéis que, con los despojos de los pescados, podéis preparar un buen caldo.


     ¡Y qué no os den lengua por lenguado!!! Pues no es lo mismo, ya que es de menor calidad y cantidad de carne. Su diferenciación respecto de los lenguados es  más difícil de lo previsto, porque las lenguas se suelen vender sin cabeza y sin la piel del lado oculado. Así que, la solución es de lo más sencillo. Comprar el pescado entero.



Comentarios