LEVADURA DE CERVEZA. CONSERVACIÓN Y CONGELACIÓN

 




     Como ya os dije en el post de trucos ¿SABÍAS QUÉ..., os voy a informar sobre la manera de congelar y/o conservar la levadura de cerveza fresca.

     La levadura fresca es la preferida de muchos profesionales de la panadería, ya que al fermentar, produce más gas que la levadura seca, por lo cual los panes y productos de bollería esponjan más. Sin embargo, la levadura fresca dura mucho menos que la deshidratada, y su conservación requiere más cuidado.


CONSERVACIÓN

     La levadura fresca, sin abrir, se conserva bien refrigerada durante un mes o un poco menos. Una vez abierta, dura unas dos semanas y, a partir de ese momento, se acelera la pérdida de su poder leudante o gasificante. Si ya se ha utilizado en una receta y no en su totalidad, sigue los siguientes pasos para conservarla adecuadamente si la vas a usar pronto en otra receta.

  • Distribuye la levadura en porciones (Bloques).
  • Depositar las piezas de levadura en un recipiente o bolsa especial de congelación (aunque no la vayas a congelar). El recipiente debe poseer tapa y la bolsa un cierre.
  • Cerrar herméticamente el envase o empaque elegido.
  • Etiquétalo. Colocar la fecha de caducidad que indica el paquete original de la levadura, así como la fecha en la que tú la envasaste y el nombre del producto.
  • Ubícalo bien en el refrigerador. No amontones el recipiente o bolsa con otros productos para que circule el aire a su alrededor.
  • La temperatura ideal para conservar la levadura fresca en el refrigerador oscila entre 4 y 8ºC.
  • Usarla lo antes posible, ya que a medida que pasa el tiempo, la levadura fresca pierde rápidamente eficacia.
  • Y evitar que sufra cambios bruscos de temperatura.


CONGELACIÓN

     Si la tienes para una receta especial o compraste mucha, lo mejor es congelarla. Congelada puede conservarse bien alrededor de 1-2 meses, ya que más tiempo puede provocar la pérdida total o parcial de su propiedad leudante. Incluso aún antes de la fecha de caducidad, puede que el producto pierda parte de su efecto debido al proceso de congelación, por lo cual, al preparar una receta se necesitará agregar más levadura que la indicada.
     Su congelación es fácil, siempre que se sigan los siguientes pasos:
  • Verificar la fecha de uso preferente. Si ya ha pasado, no se podrá congelar la levadura fresca.
  • Dividir la levadura en porciones (bloques). Así sólo se empleará la necesaria para la receta, evitando volver a congelarla. De otra manera, la levadura sufriría cambios bruscos de temperatura y perdería su efectividad.
  • Envolverla en film transparente. Hacerlo muy bien para que no quede ninguna parte expuesta al frío ni a la humedad. Este paso garantiza que la levadura quede aislada.
  • Depositar las porciones en un recipiente especial para congelación que tenga tapa. Esto permite cerrar el envase herméticamente. Si se prefiere una bolsa, elegirla con cierre y diseñada para congelación.
  • Identificar el envase con una etiqueta. Anotar fecha de envasado, nombre del producto y fecha de caducidad indicada en el paquete.
  • Introducir el envase en el congelador, de manera que circule aire alrededor.


DESCONGELACIÓN
   
     Aunque hay personas que la utilizan sin descongelar, es decir, añadiéndola directamente en la preparación, no es lo más idóneo. Lo más recomendable es descongelarla lentamente siguiendo estas indicaciones:
  • Sacar la levadura del congelador y colocarla en el refrigerador.
  • Dejar que se descongele poco a poco. El tiempo total de descongelación dependerá del tamaño de la pieza. De esta manera, la levadura no sufrirá un cambio drástico de temperatura y, por consiguiente, no perderá facultades.
  • Una vez descongelada, retirarla del refrigerador y secar muy bien su contenedor antes de sacar la levadura de su recipiente. Después, secar el film que la envuelve.
  • Y usar la levadura inmediatamente.


¿CÓMO SABER SI LA LEVADURA ESTÁ BIEN?
 
     Si tenemos dudas acerca del estado de la levadura sobrante, congelada o refrigerada, lo mejor será someterla a una prueba. De hecho, este procedimiento es aconsejable siempre, pero especialmente si se congeló. Sólo sigue estos pasos:
  • Calentar un poquito de agua y retirarla cuando esté sólo templada (el punto exacto es el meter un dedo sin quemarnos). La temperatura ideal se aproxima a los 40ºC. Nunca hay que emplear agua caliente (50º C en adelante), ya que mata los microorganismos de la levadura desactivándola y haciendo que pierda su poder leudante.
  • Verter dos dedos de agua en un vaso y agregar 1/2 cucharadita de azúcar.
  • Añadir un trozo de levadura y disolverla bien. Desmenuzar la levadura previamente.
  • Esperar entre 5 y 10 minutos.
  • Si la mezcla se ve espumosa, la levadura está activa y leudará la masa sin problema. Por el contrario, si esto no pasa, la levadura ya ha perdido sus propiedades y hay que desechar todo el lote.



     También os recuerdo que se puede usar una levadura fresca caducada siempre y cuando se verifique que aún está buen. Eso sí, el producto no debe haber sobrepasado demasiado el tiempo de caducidad. Máximo 1 ó 3 días.
     Una vez caducada, la levadura puede reaccionar de dos maneras: perder gran parte de su efecto leudante o gasificante, o estar totalmente inactiva. Si hay suerte y sigue activa, todavía leudará, pero lo hará muy lentamente. En tal caso, para contrarrestar el problema, se puede usar más cantidad.

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