Ya sabemos que el queso hay que comprarlo en pequeñas cantidades para evitar que se hagan viejos en la nevera, alterándose su sabor y su textura, o para que no se nos estropeen en pocos días. Pero, como no siempre es posible, aquí tenéis unos trucos para conservarlos lo mejor posible.
- No congelar quesos blandos de bajo porcentaje en materia grasa (menos de un 45%), pues se resquebrajarán con facilidad y perderán su forma y textura.
- Guardar los quesos que sobren en aceite aromatizado con hierbas aromáticas, ajo... y conservarlos en tarros cerrados completamente cubiertos del aceite.
- Para evitar que los quesos de pasta dura se sequen en exceso, se pueden envolver en un trozo de tela de algodón y humedecido con cerveza y guardarlos en un envase hermético en la nevera. Pueden mantenerse en óptimas condiciones 1 ó 2 semanas.
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