TAPONES DE CORCHO

 


 



     ¿SABÍAS QUÉ...

                              ... el tapón de un buen vino siempre deber ser de corcho?

  

     El vino es un "ser vivo" que aún tiene los microorganismos que le han ayudado a madurar. Si el cocho es demasiado poroso (por haberse resecado al no poner la botella en posición horizontal), el vino acabará agriándose. Si, por el contrario, el corcho es demasiado tupido, no habrá oxígeno suficiente.

     Si se trata de un vino "pasteurizado" (que ha sido sometido a un proceso consistente en un calentamiento a elevada temperatura para eliminar levaduras y bacterias) puede utilizase un simple tapón de plástico o metal, puesto que el vino pasteurizado no necesita respirar. En cualquier caso conviene saber que la pasteurización no se utiliza en vinos de calidad.


     La  longitud del corcho depende de la juventud o madurez de los vinos. En los más jóvenes se utilizan tapones de corcho de menos de 4 cm. de largo. En cambio, vinos más añejos exigen tapones que pueden superar los 5,5 cm.


     Y una pregunta que nos hacemos todos: ¿cómo poner un corcho de nuevo si no terminamos la botella? 

     Pues tenemos dos opciones:

  • Hervir el corcho. Hervir un poco de agua en una cazuela y, cuando esté en ebullición, introducir el tapón durante 2 minutos (presionar con algún objeto para que no flote)
  • Con una jeringa. Apretar el corcho hasta que logre encajar unos milímetros en el cuello de la botella sin salirse. Entonces insertar la aguja en el tapón hasta su otro extremo y extraer el aire poco a poco. El corcho disminuirá su volumen y podrá entrar sin problema en la boca de la botella.
     Eso sí, después de taparla de nuevo, conservarla en la nevera y tomar el vino lo antes posible: si es espumoso, durará entre 1 y 3 días; si es tinto o blanco, hasta 4 días. Y tened en cuenta que el vino tinto habrá que sacarlo de la nevera al menos un par de horas antes de consumirlo.

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