Soy una asidua del congelador: verduras, platos ya cocinados, pescados, hierbas aromáticas... El congelador nos ofrece muchas posibilidades pero, aunque creamos lo contrario, no todo se puede congelar. Unos alimentos se estropean directamente, o si se congelan, pierden parte de sus propiedades, sabor, textura...o no elimina el riesgo de patógenos. Os voy a hablar de algunos alimentos en concreto
- PESCADO QUE NO SEA FRESCO. El pescado sí se puede congelar, pero hemos de seguir unas normas estrictas y no congelar en el caso de que lleven varios días en la nevera o, si son frescos, congelar sin limpiar bien por dentro o por fuera. Y hay que secarlo bien para eliminar los restos de agua.
- PRODUCTOS CON GRASA. La grasa tiene una congelación muy lenta y a una temperatura muy baja, por lo que la congelación normal, que es la que nosotros hacemos, hace que la grasa se enrancie. Si congelamos alimentos que la contiene (carnes, tocinos, jamones, embutidos...), al descongelar, la parte magra se mantiene en buen estado, pero la parte grasa se ha enranciado y además, puede alterar el sabor de la magra.
- SALSAS. Las recetas que contienen mayonesa u otras salsas emulsionadas que llevan nata, al congelarse y descongelarse corren el riesgo de cortarse. La bechamel aguanta mejor, aunque pierde parte de su textura.
- HUEVOS. Rotundamente no. Solamente se puede congelar la clara, la cual se congela muy bien, una vez separada de la yema.
- FRUTAS. Por lo general, todas las frutas se pueden congelar, pero es posible que cambie su aspecto y textura. Sólo los frutos rojos y los plátanos toleran más o menos bien la congelación. Yo no recomiendo esta técnica para la fruta, pero si lo vais a hacer, lavarla bien, pelarla, trocearla y guardarla en bolsas de congelación.
- VERDURAS QUE SE QUIERAN COMER CRUDAS. Casi cualquier verdura que se vaya a cocinar después, se puede congelar, pero si la vamos a comer en crudo como la lechuga o el tomate, quedarán blandas y sin gusto.
- PATATAS ASADAS O COCINADAS. La congelación hace que la fécula se deshaga al descongelar por lo que perderá mucho sabor y la textura no será óptima. Si vais a congelar un plato que las lleva en su composición, os recomiendo congelar la preparación a medio cocer y terminarla añadiéndoles las patatas cuando la vayamos a degustar. Y si son restos que nos han quedado de algún guiso, quitarlas directamente. Igual que si llevan zanahorias. Quitarlas también.
- TARTAS Y PASTELES CASEROS. Indudablemente la repostería que hacemos en casa nos queda de maravilla, pero si queremos que mantenga ese rico sabor a casero, no hay que congelar pues, al descongelar, no quedarán igual de textura y aspecto, aunque se puedan comer. Hay tartas congeladas que se comen casi sin descongelar, pero las que normalmente hacemos en casa basadas en bizcocho relleno y cobertura, no dan buen resultado en el descongelado y si lo que buscamos es ese sabor casero, no lo hagáis.
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