TEMPURA

 







     La tempura japonesa en un rebozado con el que se consigue un crujiente muy especial. Existen dos versiones clásicas: la tempura fría, ideal para verduras cortadas en láminas y la tempura de masa fermentada, que resulta más adecuada para pescados y quesos porque es más consistente. 

     En cualquiera de los dos casos, la cocción debe ser muy breve para conseguir la mínima pérdida de nutrientes y conservar al máximo el sabor de los productos que se rebozan.


TEMPURA FRÍA PARA VERDURAS

      La tempura fría se consigue diluyendo harina de maíz en agua con gas hasta conseguir la textura correosa de una pasta de freír. Reservar esta pasta en la nevera y, luego, trocear unas verduras, montarlas en una brocheta, pasarlas por la pasta y freírlas en abundante aceite caliente.


TEMPURA DE MASA FERMENTADA

     Se prepara mezclando harina y maicena a partes iguales y agua caliente, a la que añadiremos levadura (a poder ser de cerveza prensada o en su defecto en polvo).

     Diluir una cucharada sopera de levadura con medio vaso de agua templada. A continuación, añadir 100 gr. de harina y 100 gr. de harina de maíz. Mezclar bien hasta conseguir una masa correosa y densa. Agregar un chorrito de aceite de oliva por encima y dejar reposar a temperatura ambiente ( o cerca de una fuente de calor) durante al menos 5 horas para que fermente. Pasado este tiempo, doblará o incluso triplicará su volumen.

     Pasado este tiempo, salpimentar y pasar los alimentos previamente por harina antes de sumergirlos en la masa, sacudirlos un poco y freírlos.

     Esta tempura es ideal para pescados blancos (filetes de merluza o lenguado, supremas de repe, soldaditos de bacalao...), pescado azul (sardinas o boquerones) o quesos (bolitas de queso d cabra, daditos de queso Emmental o Manchego tierno).

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