EL DESAYUNO

 




          Todos sabemos que el desayuno es la primera comida que hacemos al levantarnos, pero no todos le damos la importancia que tiene, pues  ha de aportar el 20%, como mínimo, de las necesidades diarias que nuestro cuerpo necesita.
     ¿Por qué? . Porque ha de reponer todas las reservas de energía  gastadas durante la noche. Desde que cenamos hasta que nos levantamos, perfectamente estamos unas 10-12 horas sin comer y, aunque estemos durmiendo, el cuerpo sigue funcionando. Si al levantarnos, no le damos al cuerpo la cantidad de nutrientes que necesita, el contenido de azúcar en la sangre bajará produciendo una hipoglucemia, la cual produce fatiga y falta de concentración.
     No hace falta desayunar con cuchillo y tenedor todos los días, pero sí incluir los nutrientes necesarios que el cuerpo necesita, los cuales han de ser los de menor capacidad de ser almacenados en nuestro organismo como las proteínas, hidratos de carbono,  vitaminas como la C y sobre todo productos con calcio, ya que en las demás comidas tomamos pocos alimentos con un aporte de calcio importante.
   Podemos tomar productos que aporten calcio como los lácteos, pan o cereales que nos aportan los hidratos de carbono, fruta fresca o zumo fuente de vitamina C..
     Asimismo, el café o las bebidas con chocolate también son importantes, pues el cacao es una fuente de energía importante, así como el café, por su contenido en cafeína, activa el cuerpo.
     Todo esto no quiere decir que comamos todo todos los días, pero sí que intentemos comer variado y que le demos al desayuno la importancia que tiene.
     Si un día nos hemos dormido, no nos vayamos sin desayunar. Con tomarnos un yogur al que le habremos añadido unos frutos secos (Nueces, avellanas, pasas...) y miel o mermelada, todo mezclado, tendremos la suficiente energía para no desfallecer  hasta el almuerzo, pero merece la pena levantarse un poco antes. Todo es cuestión de acostumbrarse.

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