Las hierbas aromáticas han entrado en nuestra cocina como una bocanada de aire fresco, convirtiendo la cocina diaria en un arte. Podemos realzar el sabor de las salsas, perfumar sopas, aromatizar patés o mantequillas, elaborar bebidas..., ofreciéndonos un amplio abanico de posibilidades. Existen una gran variedad entre ellas,
- Perifollo: parecido al perejil, pero de hojas más finas y un aroma ligeramente anisado. Se utiliza en ensaladas verdes, mezclado con salsa mayonesa o espolvoreado sobre sopas.
- Eneldo: de hojas finas y con un suave olor a anís. Sus semillas dan un toque picante a sopas y estofados de carne.
- Menta: existen muchas variedades. Se utiliza en guisos de cordero, ensaladas verdes, mezclada con yogur, como salsa, infusiones...
- Estragón: de largas hojas estrechas, combina con el pollo, la ternera, el cerdo, el cordero, el pescado blanco y los huevos. También es útil para la elaboración de salsas.
CONSERVACIÓN:
- Se pueden comprar frescas, secas o cultivarse en macetas. Si son frescas, deben guardarse en la nevera en un recipiente cerrado.
- Pueden congelarse. Para ello, formar ramitos e introducirlos en bolsas de plástico, aunque también pueden congelarse sólo las hojas enteras o finamente picadas.
- Para secarlas, formar ramitos y colgarlos cabeza abajo en un lugar templado, oscuro y ventilado. Cuando las hojas queden como papel, desmenuzarlas y conservarlas en tarros. Pero a no ser que tengáis mucha cantidad frescas, no merece la pena el esfuerzo cuando ya nos las venden preparadas.
- Otra forma de utilizar las hierbas, es aromatizando aceites y vinagres de vino. Se utilizan, principalmente, el estragón, el eneldo y la menta. Para ello, dejarlas en infusión 3 semanas, si es aceite, y 10 si es vinagre
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