OSTRAS

 


    Desconfiar de las ostras que estén entreabiertas o que se abran con demasiada facilidad.

     Una vez abierta, la ostra debe mostrar un agua límpida y dar señales de vida. Si no se mueve cuando la tocas con la puna del cuchillo o le echas unas gotas de zumo de limón, hay que tirarla.

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