SALSAS

 


     Todas las salsas tienen sus secretos, y eso hace que no siempre nos salgan a la primera. Aquí os dejo un par de consejos que espero os ayuden un poco.

  • Una buena salsa ha de tener su punto justo, es decir, ni muy espesa ni demasiado líquida. Cuando nos resulte un poco espesa, le podemos añadir un poquito de caldo y, por el contrario, si está clara, con una cucharadita de pan rallado lo arreglamos. Eso sí, nunca harina.
  • Cuando nos aparecen grumos, nada tan fácil como ponerla en el vaso de la batidora durante un minuto para dejarla aterciopelada.

     Y recordad que una salsa se puede variar añadiendo trocitos de jamón, de huevo duro, aceitunas, queso rallado, trocitos de pimiento de lata... 

Comentarios