Con los dulces y postres típicos de la Navidad, los vinos dulces se convierten en casi imprescindibles. Por eso, es importante saber:
- Dependiendo del gusto se encuentran: densos, untuosos, potentes, largos, profundos, ligeros o ácidos.
- También hay una gran diversidad de aromas (cada uno adecuado a un postre): a pasas, a pan de higos, a frutas maduras y exóticas, a frutos secos...
- Es preferible servir los vinos dulces, o semidulces, a baja temperatura, pero nunca a menos de 6º C, para evitar que los invitados se queden sin olfato.
- Huir de la costumbre de utilizar vinos secos para acompañar los postres muy azucarados.
- Tras servir vinos dulces, no volver a ofrecer vinos secos. Lo correcto en este caso es servir brandy o licores. Esto es debido a que el paladar ya ha quedado envuelto en los sabores azucarados de los postres y el vino dulce que se haya tomado.

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